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El pasado mes de octubre del año en curso y en otras fechas recientes, Felipe Calderón Hinojosa, el Presidente electo de México, comento y aseguró lo siguiente; que los mexicanos se han distanciado unos a otros, que es tiempo de que reflexionen sobre lo que se debe de corregir y enmendar, “lo que hayamos hecho mal y poder fortalecer lo que México necesita con tanta urgencia, que es un esfuerzo común”. También convoco a definir el México que todos queremos, para así poder entre todos, compartir y construir, pero con una visión común.
Así mismo, algo que continuamente ha dicho es que, “Sé que pensamos diferente, pero para la construcción de una visión de largo plazo lo que necesitamos es abrir el espacio de confluencia de esos puntos de vista, es decir, en palabras de Calderón, “vemos de manera diferente a México, pero para tener una visión completa se requieren todas las visiones de México, cada persona, cada entidad federativa, cada partido político, cada sector de la sociedad tiene una mirada propia que es indispensable para aportar a una visión colectiva”
Todo lo anterior es sin duda, una excelente visión si logra ponerla en practica a lo largo de su sexenio presidencial, pero a corto y mediano plazo (de 1 a 2 años cuando mucho para encarrerarse), porque se constituiría como un verdadero estadista y político de primer nivel, ya que tiene muchas décadas que no sucede esto en nuestro país, porque hoy en día lamentablemente tenemos a una sociedad muy polarizada, donde la “ética y la prudencia”, por dar algún ejemplo simple, es algo de lo que se carece al aplicar la política en México.
Para aplicar el tipo de política que plantea el próximo gobierno federal, pondríamos dos casos ejemplificando como en la escuelita “lo que si y no se debe de hacer”, de una forma simple y para que la entiendan todos los funcionarios públicos federales, de todos los Poderes de la Unión, quienes toman las decisiones, para lo cual pondríamos primero el caso de dos prestigiados escritores mexicanos reconocidos internacionalmente, que cuentan con una excelente trayectoria, la calidad moral para emitir juicios como ciudadanos, electores o simpatizantes de un partido político, Carlos Monsivais (quién ha apoyado la causa de Andrés Manuel López Obrador) y de Carlos Fuentes (apoyando a Felipe Calderón).
Cuando han dado, participado o emitido un juicio y opiniones sobre los candidatos y elecciones presidenciales, automáticamente las partes contrarias “qué no profesan las mismas ideas”, prácticamente los han tratado de aniquilar social y moralmente, enlodando sus nombres a través de la prensa y los medios masivos de comunicación, al grado de ponerlos como personas “no gratas para la sociedad”, ¿Esto no se debe de hacer?, porque simplemente la opinión de cualquier ciudadano mexicano se debe de respetar, esto es o sería una verdadera democracia.
¿Lo que si se debe de hacer?, independientemente de que es un derecho constitucional para cualquier ciudadano, Felipe Calderón debe luchar porque en México se respete el derecho a la libre expresión, ¿pero de a de veras y que se vea en la practica cotidiana de todo su gobierno sexenal?, ya que en un Estado que se tache de ser democrático y con sentido social, lo primero que se debe de valorar es la pluralidad de ideas, de pensamientos y corrientes ideológicas, lo cual da como resultado el enriquecimiento de la cultura nacional.
Reitero, hoy en México existe una sociedad muy polarizada y lo esta como consecuencia de muchas situaciones multifactoriales, entre las que se encuentran dos ejemplos; la guerra sucia efectuada en las elecciones presidenciales del 2 de julio de 2006 y que daño tanto a los mexicanos, porque lejos de ser un proceso democrático, lo empañaron y enlodaron ante todo el mundo, la extrema pobreza del país con 60 millones de pobres, donde los pobres cada día son mas pobres y los ricos se vuelven cada vez un sector mas fortalecido económicamente, porque lamentablemente desde hace una década se han estado posesionando “poco a poco y como un cáncer” del poder político, lo cual es sumamente peligroso y arriesgado para el país, ya que el empresario por su formación desde la cuna materna, siempre velará por los intereses “del capital empresarial del lucro, mas no del aspecto social.
En la medida en que el nuevo Presidente electo, Felipe Calderón Hinojosa, logre “enterarse a detalle” de la situación del país y de cada mexicano, de que escuche, atienda, controle, maneje y sea un punto de equilibrio entre estos dos factores de “lo que si y no se debe de hacer”, la sociedad en general y los diferentes actores políticos de la vida nacional, de igual manera, parecida o diferente le “corresponderán política social y económicamente” a su gobierno, pero aplicando por consiguiente el tipo de “ética y prudencia” para un entendimiento o enfrentamiento político. Por esto, aunque hay muchos que afirmen que la época del presidencialismo esta ya agotado, el papel del poder ejecutivo federal es y será casi siempre vital, para ejercer un Estado de derecho y ser además un “celoso vigilante que represente y defienda a la sociedad” ante una injusticia, porque 60 millones de pobres lo que necesitan ¿es un Presidente que les una democracia social?
Por: Carlos Munguia Rodríguez
pluma_dorada1@hotmail.com
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