** 5o Programa del Ciclo Mozart-Schumann.
** “Dentro del amplio y maravilloso repertorio para piano, todavía me sigo sorprendiendo con lo que el instrumento puede dar e incluso, con música que no he escuchado. El piano es como una orquesta pequeña con la que uno puede jugar y hacer todos los instrumentos que integran la orquesta”, Gustavo Rivero Weber, pianista.
Para la interpretación de uno de los dos conciertos para piano que Mozart escribió en tonalidad menor, Juan Carlos Lomónaco director artístico de la Orquesta Sinfónica Carlos Chávez –OSCCH–, estará acompañado por Gustavo Rivero Weber, pianista experimentado y Coordinador Nacional de Música y Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes, el 21 y 22 de octubre próximos en la Sala Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes.Considerada por muchos como de las “imprescindibles” del genio de Salzburgo, ésta será la primera ocasión que Gustavo Rivero interprete el Concierto para Piano No. 20 K. 466 acompañado por la OSCCH, una orquesta que desde su perspectiva, trabaja y se escucha como una agrupación profesional “sé que su principal objetivo es formar músicos que puedan nutrir a las orquestas grandes del país, sin embargo, ya es una orquesta que puede tocar cualquier pieza, gracias al desarrollo de sus integrantes”.
Específicamente esta obra para piano corresponde a la etapa de madurez del compositor de Salzburgo y fue escrita en febrero de 1785, poco después del ingreso de Mozart a la Masonería. Al igual que su concierto Nº 21 K. 467, compuesto inmediatamente después, “es una obra de contrastes y de las más llamativas porque está en tonalidad menor, es decir, el concierto es más obscuro de lo que suelen ser”, afirmó el maestro Gustavo Rivero. Y explica: “dependiendo de lo que el compositor quiere decir usa distintos modos, transfiriendo una intención y emoción específica, mismas que detecta el público: una tonalidad mayor es más clara en su sonoridad, mientras que una menor, casi siempre es más obscura”.
En el marco de la III Temporada de la orquesta, Ciclo Mozart – Schumann, del compositor alemán se interpretará la Obertura de Manfred, efectivamente, basada en el poema del mismo nombre escrito por el poeta inglés Lord Byron y que salió a la luz el 16 de julio de 1817. La obra musical completa consta de una obertura y 15 números más que funcionan como comentarios a diversas partes del drama y fue estrenada en el Teatro de la Corte de Weimar el 13 de junio de 1852. Vale la pena recordar que el Manfredo de Byron también inspiró la Sinfonía Manfredo de Piotr Ilyich Chaikovski (1840-1893), compuesta en 1885.
Según los musicólogos, en la puesta en escena quedan claras las llamadas frustraciones del espíritu romántico, expresadas por el poeta en esta frase: “El hombre es mitad polvo, mitad deidad, igualmente incapaz de hundirse que de volar.”
El concierto cerrará con Daphnis y Chloe, un ballet comisionado a Ravel por Sergei Diaghilev para ser producido en el Teatro del Chatelet en París. El estreno se realizó el 8 de junio de 1912. En esta primera exhibición, cabe destacar la calidad del elenco reunido: música de Maurice Ravel, coreografía de Michel Fokine, diseños de León Bakst, dirección musical de Pierre Monteux y los papeles protagónicos del ballet, bailados por Vaslav Nijinski y Tamara Karsavina.
Desde la perspectiva del propio compositor, en esta obra, de un acto y tres escenas adaptada por Michel Fokine de un romance del escritor griego Longo que se cree data Del siglo III, confluyen la ópera y la música de cámara, de ahí que la describiera como una symphonie choréographique - sinfonía coreográfica-, narrando el amor y la relación delicadamente erótica entre un cabrero y una pastora.
De acuerdo con este repertorio, Gustavo Rivera invita: “me parece importante que el público se de la oportunidad de asistir a este concierto, ya que no es lo mismo escuchar un disco. Es una experiencia que debe vivirse; incluso, a quienes van por primera vez, les permite acercarse a una nueva expresión. En un concierto se manejan muchas emociones y es como entrar en un intercambio entre artista y público, una ambientación que no se da cuando se escucha un disco”.
Y específicamente del piano, comenta: “Dentro del amplio y maravilloso repertorio para piano, todavía me sigo sorprendiendo con lo que el instrumento puede dar e incluso, con música que no he escuchado. El piano es como una orquesta pequeña con la que uno puede jugar y hacer todos los instrumentos que integran la orquesta”, Gustavo Rivero Weber, pianista.
El programa 5 se llevará a cabo en la sede actual de la OSCCH, Sala Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (Churubusco y Tlalpan, salida de la estación del metro General Anaya).
Costo del boleto: 40.00 pesos, 50% de descuento a estudiantes, SEPALO, Maestros a la Cultura e Inapam presentando credencial vigente.
Juan Carlos Lomónaco, director artístico.
Gustavo Rivero Weber, piano.
Programa 5, 14 y 15 de octubre
Concierto para piano No. 20 K.466 W. A. Mozart.
Intermedio.
Obertura Manfred R. Schumann .
Daphnis y Chloe suite No. 2 M. Ravel.
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