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México D.F. A 9 de mayo de 2006.- La terapia ocupacional libera al paciente con artritis de la depresión que comúnmente le aqueja y los movimientos físicos le permiten ejercitar sus articulaciones para evitar que estén postrados provocando un mayor deterioro. En los pacientes reumáticos es fundamental la terapia ocupacional para mantener las articulaciones en óptimas condiciones, al tiempo que les proporciona en algunos casos, recursos para poder comprar sus medicamentos o simplemente les ayuda para mejorar el estado de ánimo y evitar la tristeza. Los enfermos tienen la opción de aprender a hacer manualidades artesanales como velas y adornos de materiales como migajón, telas, cerámica, plastilina y yeso. Estas labores les ayudan a mejorar la tolerancia al dolor y a conservan la movilidad fina de las manos, situación que a veces no se logra con los fármacos. Otra alternativa de gran ayuda y fundamental en el tratamiento son las rutinas de ejercicios diarios que deberán ser vigiladas por el médico para evitar efectos adversos. En este sentido, la natación es una gran solución para estirar los músculos y fortalecerlos sin necesidad de cargar objetos pesados. Los especialistas recomiendan el baile, ya que algunos géneros, como el hawaiano, permiten movimientos suaves de las articulaciones mientras las fortalecen, así como bailes de salón que promueven métodos de relajación que facilitan la funcionalidad articular. También las labores domésticas son de gran ayuda, siempre y cuando no se realicen movimientos bruscos como exprimir la ropa o cargar objetos pesados que puedan causar lesiones. Otras actividades que puede disfrutar son: asistir al cine, realizar viajes, escuchar música, leer, escribir, aprender nuevos juegos de mesa, lo que le permitirá una convivencia con familiares y amigos aligerando la depresión. La artritis reumatoide es un padecimiento devastador con impacto a todos los niveles. Habitualmente comienza entre los 20 y 40 años de edad, no se hereda ni se contagia y si no es diagnosticada a tiempo puede provocar destrucción articular e invalidez al retrasar su tratamiento. En el arsenal terapéutico de reumatólogo existen las terapias con antiinflamatorios que ayudan a controlar el dolor y la inflamación de la AR, también existe otro grupo de medicamentos asociados a estos que ayudan a controlar la enfermedad denominados inductores de remisión o modificadores del mal. Sin embargo, hay pacientes que no responden adecuadamente a estos medicamentos y deben recibir los inhibidores del factor de necrosis tumoral que tienen un papel decisivo en los casos de difícil respuesta entre los que destaca Adalimumab (Humira), un fármaco que ha dado excelentes resultados en la mayoría de los pacientes. El manejo de la artritis reumatoide debe ser integral para mantener bienestar y funcionalidad en el paciente.
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