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Al reír expresamos emociones a la vez que sentimos un estado de bienestar que a todos agrada. Aunque parezca broma, sólo hasta hace poco la ciencia se ha dedicado a estudiar los efectos del buen humor, arrojando resultados muy halagadores.
Dicen que todos reímos tres veces de un mismo chiste: cuando nos lo cuentan, cuando nos lo explican y cuando lo entendemos. El ejemplo anterior es una muestra de la esencia del humor: nos hace ver críticamente nuestra realidad y naturaleza (en este caso nuestra falta de atención y comprensión), sin ocasionar enojo u ofensa que podrían surgir en otra situación.
Pero la risa tiene otros efectos en el organismo de los que NO nos percatamos concientemente, por ejemplo, se sabe que una buena sesión de carcajadas ayuda a la relajación, con lo que se evitan estados de estrés que podrían alterar el funcionamiento del sistema inmunológico (de defensa contra enfermedades) e incluso ocasionar ciertos tipos de cáncer, como el de cuello uterino.
Citemos un par de ejemplos: Diana Stumm, terapeuta física de la Universidad de Stanford (California, Estados Unidos), coordina trabajos en donde el humorismo y ejercicio son la base para aliviar el dolor y fortalecer a mujeres que han sufrido operaciones de cáncer en el seno, a la vez que afirma: "Usualmente podemos predecir qué pacientes sobrevivirán a largo plazo en este tipo de intervenciones, porque sus características más notables son alto sentido del humor y seguridad en sí mismas".
Por otra parte, Judith Kupersmith, miembro del Departamento de Neuropsiquiatría de la Universidad Técnica de Texas (Estados Unidos), afirma que las observaciones de su grupo de trabajo han permitido deducir que "mientras más estrés se tiene, menos habilidad existe para combatir las infecciones. Usando el humor y observando los efectos de la risa durante cierto período de tiempo en pacientes con cáncer, hemos comprobado a través de los análisis sanguíneos que el sistema inmunológico es más saludable en aquellos que ríen".
Especialistas se dedicaron a realizar tomas del cerebro con resonancia magnética a 14 voluntarios que escuchaban relatos humorísticos procurando no reír. Cuando los sujetos procesaban los llamados "chistes semánticos" (como: ¿qué usan los ingenieros para el control de la natalidad?, su personalidad) se activaban las áreas del cerebro que dirigen el procesamiento del lenguaje, en tanto que aquéllas que controlan el habla entraban en actividad cuando se realizaban juegos de palabras (¿Por qué un golfista usó dos calzoncillos? Porque hizo un hoyo en uno).
No obstante, los investigadores encontraron que la región llamada cortex prefrontal medio, que se identifica con los impulsos que generan una gratificación, entraba en acción en todo momento, sobre todo con aquellos chistes que fueron calificados como los "más cómicos", según una escala adoptada por todos los voluntarios y que iban apuntando en hojas de papel. Esto podría explicar por qué algunas personas pierden el sentido del humor después de sufrir daños en regiones bien determinadas del cerebro.
Reír implica también ejercicio físico
En efecto, una carcajada tiene efectos positivos en el funcionamiento de corazón, pulmones y hasta de algunos músculos. He aquí por qué:
Reírse aproximadamente cien veces al día tiene el mismo efecto cardiovascular que hacer ejercicios de remo durante 10 minutos.
20 segundos de risa equivalen a tres minutos de ejercicio físico constante en el gimnasio.
Al reír, los músculos de cara, tórax y abdomen se contraen y relajan a gran velocidad, mejorando su tono muscular (se vuelven más firmes).
Cuando lloramos de risa, el corazón aumenta su frecuencia y es capaz de bombear de 140 a 210 mililitros de sangre por minuto, cuando lo normal son 70.
En idéntica circunstancia, los pulmones movilizan el doble de aire (12 litros, en lugar de los seis habituales), lo que contribuye a mejor oxigenación de nuestro cuerpo.
Además, la risa es un activador metabólico, que provoca la liberación de adrenalina, favoreciendo la perdida de calorías.
Cada vez que reímos, nuestros ojos adquieren brillo característico, y aumentan las secreciones lagrimales, de orina y saliva, las cuales son reguladas por el sistema nervioso.
Como puede apreciarse, tomar los problemas de la vida con cierto humor y no frenar las risas cuando llegan, es un factor que contribuye a la buena salud; no cuesta nada ni es exclusivo de una edad. Quizá por eso un cómico como Charles Chaplin solía decir: "Un chiste es una cosa muy seria".
Por: Marisela Reyes G.
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