Ticker

6/recent/ticker-posts

Header Ads Widget

Alejandro Jadad y su amor a la medicina

Por Héctor Medina Varalta

 

Guadalajara, Jalisco a 26 de febrero de 2015. Durante el marco del XVII Congreso Internacional Avances en Medicina, Hospital Civil  de Guadalajara 2015,  El Dr. Alejandro Jadad Bachara se distinguió en su ponencia. Cabe resaltar que Jadad nació y se educó en Colombia, obtuvo su grado de médico en 1986 y se especializó en anestesiología. A sus 20 años de edad, siendo estudiante de medicina, se convirtió en un experto en el conocimiento del crack y la cocaína en Colombia por lo que fue requerido como conferencista a nivel internacional. En 1990 se inscribió en el Colegio Balliol de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, siendo uno de los primeros médicos en el mundo con un doctorado en revisiones sistemáticas, entre otros títulos y cargos. En la rueda de prensa se le preguntó cuáles serían las herramientas y elementos que les pueda dar a todas las personas que enfrentan una enfermedad y que simplemente te bloqueas mentalmente y no vas más allá, y está comprobado que si eres una persona positiva y que haces muchas cosas positivas aparte de su tratamiento obviamente tiene mayores estadísticas, en este caso cuál es la respuesta.  Alejandro Jadad contestó que: en primero más que recomendaciones que las evito a toda costa, ya qué quién soy yo para dar recomendaciones, soy una persona tremendamente ignorante y muy curiosa y hago preguntas sin miedo, pero soy infinitamente ignorante. Esa es mi respuesta o la de Maimónides que la dijo hace más de 800 años. Por lo tanto nuestro proyecto se llama Maimónides; este proyecto está tratando de conectar a todas estas personas y a identificar sitios donde podamos crear el futuro en conjunto. Maimónides hace 800 años dijo “enséñale a tu lengua decir ‘no sé’ y progresar.

En México no se ha aumentado el salario mínimo por varios años

Por lo tanto, mi respuesta es, no sé, sin embargo, tengo un par de hipótesis y mi respuesta a la autonomía individual para ser saludable, me recuerda una reunión con unos líderes indígenas en Sudamérica: ‘ustedes tienen que concientizarse”-decían las autoridades-tienen que hervir el agua, porque si no lo hacen la diarrea que está matando a sus niños lo seguirá haciendo. Y dice el líder de la sierra nevada de Santa Martha: ‘y por qué tenemos que hervir el agua si hace 50 años estaba limpia’. Cuál es su responsabilidad, ¿quién contaminó el agua? Entonces, tu pregunta me lleva a otra pregunta, que es ¿por qué la gente come tanta basura? ¿Qué está contribuyendo que la comida basura o chatarra sea más barata que la saludable, que la gente no está haciendo ejercicio. Me he dado cuenta que en los trabajos, no les permiten a los empleados hacer ejercicio, pues son, pues son máquinas que hay que extraerles la máxima productividad por unidad de tiempo. Entonces, ¿qué tanta responsabilidad individual existe hasta cierto punto? Pues el riesgo está en culpar a la víctima. No creo que exista un padre o una madre que quiera darles comida basura a sus hijos, pero si están ganando un sueldo miserable, pues en México no se ha aumentado el salario mínimo por varios años. Entonces, es culpa tuya, tienes que comprar verduras frescas. Es ahí donde viene el acto de amor y generosidad. Decir sí, pero como dice el dicho: ‘ayúdate que yo te ayudaré’. Esto requiere una conversación que nos evite culpar a las víctimas, es como decir ¿la violaron porque estaba vistiendo minifalda, por qué, puede salir desnuda si quiere y nadie tiene por qué tocarla. Es muy fácil para nosotros decir: ¡la violaron, pero con ese bailadito tan provocativo!

¿Cómo puedo ayudarte?

Tenemos derecho a una comida saludable, eso requiere a que haya políticas que permitan que la comida saludable sea más barata que la comida basura. Yo tengo el derecho a hacer ejercicio, ni siquiera en el trabajo me tienen que dar un espacio para hacerlo. Y las autoridades de la ciudad deben crear espacios que me permitan hacerlo seguramente. No hay que culpar a las víctimas, es la reacción usual: culpar a la víctima; no debemos culpar a la víctima, debemos apoyarla. Tenemos que reconocer que nosotros somos parte del problema,, si tú no puedes gestionarla es porque estás aterrorizada con lo que pueda pasarle a tu familia, porque te recuerda tu mortalidad. El primer paso es hacer que la persona no se sienta sola; la soledad es uno de los problemas más grandes que nos estamos enfrentando en estos momentos. Nos cansamos muy rápidamente cuando alguien tiene alguna enfermedad y nos dice cómo se siente, nos retiramos. Hemos hecho estudios  de redes sociales y analizamos más de un millón de grupos de Facebook con cáncer y detectamos que muchas personas no se estaban curando eran aisladas por los mismos pacientes con cáncer. Por lo tanto, tenemos que reflexionar, parar un poco y ser urgentemente pacientes y humildes, ya que somos parte del problema. Tenemos que decirle: ¿cómo puedo ayudarte? Nuevamente es un acto de amor, ¿cómo podemos usar el poder del amor para apoyarnos mutuamente y evitar apuntar el dedo y culpar a la víctima.

No sabemos cómo estamos muriendo

El otro día me paré frente a 600 especialistas en dolor y cuidados paliativos de Inglaterra. Como no dejaban de hacer preguntas, no resistí y dije: ‘levanten la mano quien quisiera morir como mueren sus pacientes, sólo dos la levantaron. Entonces, parte de nuestro proyecto es estudiar cómo morimos los médicos, cómo morimos los especialistas en cuidados paliativos, eso nos va a dar una ventanita un poco más confiable hacía lo que podíamos aspirar todas las personas en la sociedad en el final de nuestras vidas, pero sabemos que no queremos morir como mueren nuestros pacientes. Por esta razón, me pare y les dije ‘soy Alejandro Jadad y soy un hipócrita.’ En las Clínicas del Dolor estamos enfocándonos en el dolor, pero las están cerrando en muchas partes del mundo, porque la Clínica del Dolor tiene que demostrar costo-efectividad y como tal es muy difícil. Más que aumentar las Clínicas del Dolor están desapareciendo. En los hospicios que es donde los pacientes podrían morir mejor que en sus casas, pues las condiciones no son mejores que en su casa, pero no han aumentado, no le invertimos al final de la vida. Empezaremos a saber quién muere, cuándo y dónde, porque por razones tributarias tenemos que saber a quién cobrarle los impuestos, pero no sabemos cómo estamos muriendo. Entonces, ese otro estudio que estamos desarrollando a nivel mundial para crear un índice de una buena muerte a nivel global, pero parte de ese ejercicio requiere de una buena conversación.

Sabemos más como aliviar el dolor a los animales que a los humanos

Ayer escuché que una buena muerte debe ser sin dolor, pero el 85 por ciento de la morfina del mundo está disponible para el 20 por ciento de la humanidad, sin embargo, las veterinarias reciben más formación al dolor que los médicos, las enfermeras o los dentistas, cinco veces más en lo que tenemos datos: en Canadá, Inglaterra y en Australia, tenemos estudios de qué tanto tiempo se dedica durante las formación de médicos, médicas, enfermeras y dentistas, y los veterinarios tienen cinco veces más formación. En pocas palabras, sabemos más como aliviar el dolor a los animales que a los humanos. Ya cuando empezamos a mirar estas cosas, el 80 por ciento de nosotros quería morir en su casa. Prácticamente en todas las partes del mundo el 80 por ciento de las personas mueren solos en los hospitales, que el 30, 40 o 50 por ciento del costo de todos nuestros servicios de enfermedad en la existencia se gasta en los últimos 6 meses de vida, que el 20 por ciento de pacientes con cáncer reciben quimioterapia en el último mes de vida, que el 80 por ciento tienen pruebas de sangre en las últimas 24 horas de vida, es lo que se llama encarnizamiento terapéutico, y es un resultado la complicidad porque los familiares suelen decir: ‘mi mamá no se puede morir, doctor hágale todo lo que sea’. Los médicos y médicas dicen, pues lo haré-con vida artificial, prolongando la agonía del paciente-o me demandan. Mientras todos estemos confabulados hay sistema de conspiración para crear sufrimiento al final de la vida.    

Post a Comment

0 Comments