T.V
* Seis millones presentan problema de osteoartrosis.
* Un millón de Artritis Reumatoide.
* Tres millones están repartidos entre enfermedades reumáticas ya clasificadas.
Ansiedad y temor es lo que una persona siente cuando el doctor, ante un síntoma de dolor articular, diagnostica “artritis”, pues lo consideran sinónimo de deformidad completa de las articulaciones, y no siempre es así.
De acuerdo con la escuela europea un problema articular es un proceso degenerativo como “artrosis”, o “artritis” si es un proceso inflamatorio.
Por su parte, la escuela americana, llama a todo proceso articular “artritis”.
La terminación “itis” indica inflamación y traspolada a las articulaciones sería la “artritis”.
Hay que considerar que no todas las afecciones de las articulaciones son artrosis o artritis, ya que puede haber incluso combinación de padecimientos.
La Osteoartrosis (OA), es la más común de las enfermedades degenerativas articulares. Su inicio está frecuentemente asociado con la alteración de la carga mecánica aplicada a la superficie articular, y en etapas tempranas puede no ser inflamatoria.
Las enfermedades reumáticas inflamatorias afectan a múltiples órganos. La artritis reumatoide, sin embargo, se manifiesta de manera más predominante en el aparato locomotor y con una prevalencia del 1.0%. Es la más común de los padecimientos inflamatorios reumáticos. De acuerdo con el Colegio Americano de Reumatología (ACR) la AR se caracteriza en la mayoría de los pacientes por al menos cuatro de los siguientes siete criterios: más de 6 semanas de rigidez matutina por una hora, antes de tener un máximo de movimiento; edema (inflamación) en al menos tres articulaciones por más de 6 semanas, edema en las articulaciones de las manos durante 6 semanas, hinchazón simétrico por más de 6 semanas; nódulos reumáticos; resultados positivos en las pruebas de factor reumatoide; y cambios radiográficos típicos en la mano (datos de osteoporosis cerca de una articulación o erosiones en la muñeca).
Dado que la patogénesis de la AR se desconoce, el tratamiento es frecuentemente dirigido a la inflamación, por ejemplo, con suplementos de aceites de pescado (omega-3). Sabemos que estos son ricos en ácidos eicosapentaenoico (EPA) y docosahexanaenoico (DHA), ambos con propiedades antiinflamatorias. La integración de tales ácidos omega 3 dentro de las membranas del cartílago articular, esta asociada con una disminución en la salida y actividad de las enzimas de degradación del cartílago.
Se han realizado estudios en pacientes con AR con la ingesta diaria de aceite de pescado con omega-3 que se encuentra en Seven Seas de Laboratorios Merck S.A de C.V, y se ha visto una reducción de la rigidez matutina, el dolor, la inflamación y la intensidad del dolor.
Los ácidos grasos omega-3 de cadena larga poliinsaturados de los pescados o del aceite de pescado han sido del interés médico como preventivo para enfermedades cardiovasculares aproximadamente en los últimos 30 años. A pesar de estos hallazgos, muchos médicos recomiendan el aceite de pescado + omega-3, dentro de las drogas antirreumáticas convencionales. Apoyando esta recomendación son los resultados de estudios: un 52% de reducción en la rigidez matutina, disminución en un 43% del dolor articular y 40% en las articulaciones inflamadas, y en más del 50% disminuyó la intensidad del dolor, además, con buena tolerabilidad y pocos efectos adversos. Estos resultados son consistentes con las observaciones en otros estudios.
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