El hígado es el órgano más grande en el cuerpo y juega un papel vital ya que tiene encomendadas más de 500 tareas muchas de las cuales son vitales para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Una de sus funciones principales es convertir la comida que ingerimos en energía almacenada y en los químicos necesarios para la vida y el crecimiento. Actúa como filtro para remover el alcohol y las toxinas de la sangre y las convierte en sustancias que puedan ser eliminadas del cuerpo.
Cuando este órgano se enferma, hay una amenaza seria contra la salud, incluso la vida de las personas; de manera que no deben escatimarse esfuerzos en la prevención (cuando es posible) de las enfermedades hepáticas.
Actualmente existen distintas clases de enfermedades del hígado que deterioran las principales funciones del hígado como son: la producción de bilis, energía, la coagulación y crecimiento, lo que genera un daño agudo inmediato o de largo plazo. Por ello es importante que las personas con alguna enfermedad hepática se alimenten de la manera más apropiada, por ejemplo con proteínas principalmente de origen vegetal, para mantener la masa muscular lo más activa posible.
El tratamiento de las enfermedades hepáticas dependerá del tipo específico de padecimiento. Por ejemplo, la cirrosis hepática, que es el resultado de diversas enfermedades del hígado, desde infecciones por ciertos virus de hepatitis, hasta el consumo inmoderado de bebidas alcohólicas, puede asociarse a complicaciones como la encefalopatía hepática, una forma de alteración del cerebro causada por la incapacidad del hígado para eliminar el amonio y que puede provocar desde trastornos mentales menores hasta coma. Actualmente se cuenta con L-ornitina L-aspartato, único producto hasta hoy conocido que controla la encefalopatía hepática y permite al enfermo incorporarse a su vida cotidiana.
Es importante consultar a los expertos, al médico especialista y al nutriólogo ya que con la administración de L-ornitina L-aspartato y una dieta adecuada, basada en frutas y verduras crudas o poco cocidas (especialmente verduras de hoja y color verde oscuro, color naranja, amarillo, púrpura y rojo), así como evitando algunos alimentos muy frecuentes en la dieta mexicana como: carnitas, embutidos, saborizantes, etc., la persona puede tener una mejor calidad de vida.
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