Después de las elecciones presidenciales del 2 de julio del 2006 y los actuales conflictos postelectorales, el ciudadano en México “ya no siente lo duro, sino lo tupido”, porque la política que están practicando algunos políticos esta careciendo de cortesía y prudencia, así mismo les esta faltando mesura a las personas que están atrás de él, porque ha faltado visión para orientarlo objetivamente y aplicar sencillamente la palabra política y no politizar en las grandes decisiones y problemas del país.
No solo es el jefe político el que se debe dedicar a cabildear políticamente, sino además todos los profesionales y actores que están bajo la sombra de éste, porque toman las decisiones indirectamente a través de su trabajo profesional, ya que casi siempre al tomarse una decisión sobre algún aspecto, están y estarán siempre directa o indirectamente implícitos con sus criterios en las tomas de decisiones.
Un Diputado o Senador por ejemplo; cuando cumplen con su trabajo parlamentario, desafortunadamente asumen la responsabilidad de trabajar en varias comisiones legislativas, también se llena de diversos compromisos políticos dentro de su partido político, adicionalmente tiene que atender su oficina de enlace con la ciudadanía y de pilón, en muchos casos, la de atender sus propios negocios particulares o despachos de asesoria jurídica, de tal forma que al abarcar muchos puestos y compromisos, por lógica con muchos quedará mal y únicamente decidirá sus criterios en base a los trabajos y conclusiones de sus asesores, al no poder participar personalmente en todas sus actividades asumidas por falta de tiempo.
Lograr un bien común en México no es nada fácil, porque hay que darle un carácter con un sentido social y humanitario que busque alcanzar acuerdos conscensados donde la sociedad se obligué a contribuir y participar en la política para las grandes decisiones que afectarán al país. Por esto los ciudadanos a través de sus diversas organizaciones deben contribuir a fiscalizar las acciones de los políticos y la política, permitiéndoles apoyar, concluir y/o frenar sus iniciativas de Ley, apoyándolos a gobernar de acuerdo a principios y valores ó acotándoles el poder que como sociedad se les confirió al elegirlos como representantes populares o funcionarios públicos.
Por esta razón, es indispensable crear y reforzar en todo el país una Ley de Participación Ciudadana Federal que sea un instrumento legal que permita al habitante participar en la política directa y objetivamente, de tal forma que se privilegie y garantice a toda costa el interés publico de la mayoría de los ciudadanos y no el de los grupos de poder “económicos o políticos privilegiados”. Recordemos como un triste ejemplo lo sucedido con el recientemente caso de la famosa Ley Televisa, donde lamentablemente; se privilegiaron a grupos de poder específicos y se descuido el interés colectivo, “sin revisar esta Ley adecuadamente y por mayoría absoluta, fue aprobada por todos los diputados federales, no se tomo en cuenta a todos los sectores de la sociedad afectados, etcétera, luego entonces, ¿pues que paso?, ¿donde esta el bien común?
En este sexenio que termina, ya se ha dado un primer paso para que la sociedad asuma esta responsabilidad, y lo es la creación de la Ley de Acceso a la Información Pública Federal, con el Instituto Federal de Acceso a la Información (I.F.A.I.) porque es un instrumento ciudadano fiscalizador legal que facilita, complementa y solidariamente da las facilidades para que se pidan cuentas claras a políticos, gobernadores, funcionarios públicos, etcétera, por esto es indispensable que se siga apoyando y reforzando en sus funciones, atribuciones y difusión entre la sociedad.
La mayoría de los políticos de hoy, no han entendido el papel y la importancia del electorado y de la población, porque permanentemente les ha faltado prudencia actuando con una política beligerante que están aplicando en sus decisiones para resolver los problemas políticos, económicos y sociales afectando incluso su propia imagen, la de las instituciones y del país, porque no tienen el freno de una Ley de Participación Ciudadana que les acote el poder, del que abusan constantemente aprovechando del fuero que gozan como legisladores. Ojala y entiendan que el voto en las próximas elecciones será parte del apoyo o rechazo a los políticos o partidos políticos y un instrumento que premie o sancione a quién hace o hizo bien su trabajo por el bienestar de la población.
Es necesario empezar a entender que los mexicanos ya están más politizados, que entienden perfectamente la forma en que los políticos están haciendo de la política y que difícilmente serán engañados cuando “alguien” está mintiendo, simulando y politizando situaciones especificas en beneficio propio, de su organización o instituto político.
Por: Carlos Munguia Rodríguez
pluma_dorada1@hotmail.com
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