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Barahúnda Política

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Barahúnda Política
Por Jacobo Cázares

· Presidente del 15%
· El PRI en cauteloso silencio
· El ¡Ya Basta!, de Marta Sahagún


Tratan de convencernos de que el país se encuentra dividido políticamente entre panistas y perredistas.

Los excandidatos presidenciales Felipe Calderón Hinojosa y Andrés Manuel López Obrador, junto con sus equipos de campaña y los dirigentes de sus partidos, contratan espacios en los medios de comunicación para intentar que les creamos que el país es azul o amarillo.

Ambos personajes, Calderón y López Obrador, se disputan los espacios en los medios de comunicación y las calles del Distrito Federal para autoproclamarse presidentes electos, atentando con sus actitudes, contra el trabajo y las atribuciones de instituciones, mismos que son activos del pueblo de México y garantía de su democracia: el Instituto Federal Electoral (IFE) de Luis Carlos Ugalde y el Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE) de Leonel Castillo González.

La presencia electoral del PAN y del PRD en el país es de 15% cada uno. Lo que significa que aún y cuando alguno de ellos se dé por triunfador de las elecciones del 2 de julio pasado, no será mayoría en el país. Sencillamente, el otro 85% de la población no les da su respaldo. Si sumamos los votos que obtuvieron las otras organizaciones políticas al partido que quede en segundo lugar, representarán 24 millones de sufragios, es decir, 9 millones más que el partido de donde surja el Presidente Electo. Pero si a esta cantidad le agregamos el otro 50% de ciudadanos que no votaron, entenderemos que, si el TRIFE no opta por anular las elecciones, nos gobernará un Presidente de la República, llámese Felipe Calderón Hinojosa o Andrés Manuel López Obrador, que no cuenta con el respaldo de 85 millones de mexicanos.

El mito del bipartidismo tampoco lo comparto. México no es sólo de PAN y PRD, es de un sistema de partidos de opciones políticas, donde legalmente existen ocho fuerzas nacionales que representan los intereses de diversos grupos sociales.

Tener el respaldo de solamente el 15% de la ciudadanía, no les da derecho ni al PAN ni al PRD, de poner en jaque a la nación, a través de costosas campañas publicitarias o de exagerados acarreos, que ya a pocos convencen.

Felipe Calderón Hinojosa y sus aliados como la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo; así como Andrés Manuel López Obrador y los prófugos priístas que lo apoyan como Manuel Camacho Solís, Ricardo Monreal Ávila y Arturo Núñez Jiménez (por cierto exdirector del IFE, al cual ahora inmoralmente cuestiona), deben serenarse y ubicarse y esperar a que los magistrados del TRIFE que preside el jurista michoacano Leonel Castillo González, emita la declaratoria de validez, acepte que se realice un conteo voto por voto, o decida anular las elecciones.
Los panistas argumentan que en la recepción de la votación del dos de julio, participaron miles de ciudadanos cuya conducta no puede ponerse en entredicho; el PRD (o Coalición por el Bien de Todos) trata de convencernos que hubo fraude e irregularidades, dicen haber encontrado inconsistencias en actas electorales que invalidarían casi dos millones de votos.

Inexplicable y sospechosa es la actitud que están asumiendo la dirigencia y el excandidato presidencial del PRI: de silencio casi absoluto y respaldo incondicional al PAN. El Partido debería estar participando decididamente y defendiendo sus intereses en el debate nacional, ante un PAN y un PRD que ahora representan opciones minoritarias. ¿Cuál puede ser la diferencia entre tener 10 o 15 por ciento de preferencia ciudadana?. No hay una fuerza política con una clara mayoría como existió hasta antes del año 2000. Todos los partidos, los ocho oficialmente reconocidos son minorías. No nos engañemos. El PRI debería estar fijando posiciones en el actual contexto y no dejando la elección presidencial como un capítulo concluido y ahora debatiendo internamente cuestiones financieras y el relevo de una dirigencia nacional ineficiente y con falta de visión.

El PRI es una fuerza política importante para el país, porque captó diez millones de votos, porque tiene el control de más de la tercera parte de los congresos estatales del país y porque gobierna en 17 estados del país.

Para que el PRI resurja, se necesita que la dirigencia sea asumida por un político con trayectoria como Enrique Jackson Ramírez, actual presidente del Senado de la República; Manlio Fabio Beltrones, eficaz político y dirigente de los próximos legisladores del PRI en la Cámara Alta o Héctor Hugo Olivares Ventura, priísta leal, que ha servido a su partido en todos los frentes.

El país no es sólo de panistas ni únicamente de perredistas. Si Calderón o López Obrador arriban a la Presidencia de la República, lo harán sin el respaldo del 85% de la población. En un contexto así, donde todas las fuerzas políticas existentes son minoritarias, tanto el PRI como los otros cinco partidos (Alternativa, Convergencia, PVEM, PT y Nueva Alianza) tendrán una influencia decisiva y compartirán con el Congreso de la Unión la estabilidad y la gobernabilidad de México.

MURMULLOS
Buscan mejores puestos
Deteriorada la lealtad y la disciplina partidista, hay personajes que presionan hacia la obtención de un puesto de manera equivocada, intentan exhibir un nombre para crear un espacio en la administración gubernamental del Estado de México que encabeza Enrique Peña Nieto, y para ello, provocan un escándalo de resonancia nacional. No están cuidando, ni tantito, las formas.

Esos cuates, aprovecharon la ausencia, por un día, del Gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto en el país, para filtrar a la prensa que, ¡21%! de las 165 notarías de esa entidad, son ocupadas por militantes priístas o exfuncionarios del gobierno estatal.
Resultan pocas las notarías que tienen los priístas, si consideramos que el Estado de México es una entidad donde la mayoría de funcionarios públicos, empresarios y personajes sociales relevantes, hasta hace poco eran, o simulaban ser, del PRI.

Lo extraño es que en el Estado de México no exista ningún notario que simpatice con algún partido de oposición. No investigaron bien, o sólo había la intención de exhibir a los notarios priístas y de paso darle otro golpecito amigo al exgobernador Arturo Montiel Rojas, para deducir, que porque 20 de los 120 notarios públicos son priístas, existen irregularidades.

El que proporcionó la información es un personaje muy conocido de la actual administración de Enrique Peña Nieto, que sospechosamente sólo exhibe a personajes ligados a los exgobernadores César Camacho Quiroz, Arturo Montiel Rojas y Alfredo del Mazo González. El personaje de marras busca afanosamente convertirse en el relevo de Don Humberto Benitez Treviño pero está equivocando la estrategia, perdida la lealtad y disciplina partidista, la barahúnda no es la mejor opción.

Otra de traiciones
Por fin Marta Sahagún Jiménez esposa del Presidente Vicente Fox, decidió enfrentar el hostigamiento y acoso que han sufrido ella y sus hijos, lo hermanos Bribiesca, por parte de Jesús González Schmal. Algo de rencores personales debe haber en la actitud que está asumiendo ese legislador que actualmente representa al Partido Convergencia por la Democracia del exgobernador de Veracruz Dante Delgado, quien fue compañero de militancia en el Partido Acción Nacional, de Vicente Fox Quesada y Marta Sahagún, y durante algún tiempo fue socio en negocios, del “jefe” Diego Fernández de Cevallos, principalmente en la defensa de problemas jurídicos que tuvieron algunos dueños de casas de bolsa con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

Jesús González Schmal lleva ya algunos meses acusando a Marta Sahagún y a sus hijos, de formar parte de una red de tráfico de influencias que opera dentro del Estado.

Marta Sahagún decidió enfrentar a González Schmal, calificándolo de mentiroso y cobarde, que se ampara en el fuero para actuar con deshonestidad e irresponsabilidad.

Y es verdad lo que dice Marta Sahagún, como militante y como actor político, González Schmal, no ha conducido su vida de manera congruente, pues tal parece que lo mueven rencores y ambiciones personales, que suele exhibir cuando sus propios intereses son afectados.

Para la reflexión

El gobierno de Vicente Fox acabó con todas las reglas implícitas del sistema político mexicano vigentes durante más de 70 años en un solo partido hegemónico...En el nombre de la democracia ha interpretado a su manera el ejercicio de la libertad de expresión, muchas veces como sinónimo de “hagan lo que quieran”, o una democracia con libertad de expresión al estilo Bart Simpson: o sea,
“la libertad de escupirle la cara al otro”. Tal situación ha originado convulsiones políticas, alianzas nunca antes formuladas, guerras sucias, descalificaciones...Mientras el país está en un permanente andar sobre la espada de dos filos: el hundimiento o el desgarramiento social, afirma Guillermina Baena Paz, en su ensayo “el marketing político que llegó para quedarse”.
http://www.barahundapolitica.com.mx/
jacobo_cazares@yahoo.com.mx




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