Ticker

6/recent/ticker-posts

Header Ads Widget

Una historia de vida: de la cirrosis al trasplante de hígado

Bienvenidos a la página Informanet.com-¿Para comentarios y sugerencias, envíelos a: Web master: ( portal@informanet.com ) (erasmocano@gmail.com)

Radio
* Paty Camacho se enfrentó de repente a una enfermedad poco conocida, pero que le cambió la vida.
* Como participante de Grupo Amhigo, encontró una nueva familia para compartir la enfermedad.
Un día, Paty se sintió mal sin razón: estaba pálida, con el cuerpo cortado y desganada. Su esposo e hijos, sorprendidos por la situación, la llevaron enseguida al Hospital. Después de una semana de estudios, una cuenta de más de 200,000 mil pesos, y muchas noches de insomnio, obtuvo un diagnóstico: padecía Cirrosis Hepática Autoinmune.

La noticia sorprendió a todos. Sin embargo, no era lo peor. Después de otros estudios, se descubrió que Paty sufría entre otras cosas de encefalopatía hepática, un padecimiento que se presenta cuando el hígado no depura la sangre y permite que las toxinas fluyan en el torrente sanguíneo, esta enfermedad causada por altos niveles de amonio en el cerebro. La encefalopatía provoca pérdida de capacidad para escribir, hablar o hacer las actividades cotidianas. En estadios muy avanzados, puede provocar el estado de coma y la muerte.

Los hijos y el marido de Paty se unieron para salir adelante. Su marido estaba a cargo de la manutención, y Jorge Luis, uno de sus hijos, se convirtió, como lo dice Paty, en su “ángel de la guarda”: dormía en el hospital, estudiaba todo sobre la enfermedad de su madre, y se encargaba de hacer el trabajo que ella tenía pendiente en la Universidad, donde ella daba clases y estaba a cargo de un área de cómputo. “Al principio sentí que tenía que cargar al mundo, pero después aprendí que iba caminando de la mano de mi mamá”, comenta Jorge Luis.

Paty llegó a tomar varios medicamentos a lo largo del día, en horas específicas. Vivía de la mano de una lista que hizo su hijo para tomar los tratamientos en el momento exacto; su comida era muy bien definida, pues el consumo de algunos alimentos era perjudicial para su salud.

A partir del diagnóstico de encefalopatía hepática, Paty tuvo una oportunidad, ofrecida por el Dr. Jorge Luis Poo, un médico internista y hepatólogo que le ofreció entrar a un protocolo que se iniciaba en México. Un protocolo con L-Ornitina L-Aspartato, producto que retiene la intoxicación cerebral que provoca el amonio al llegar al cerebro, y con ello también revierte la encefalopatía hepática.
Dicha enfermedad provocó que Paty tuviera facetas infantiles, y su familia tuvo que aprender a aceptar este nuevo comportamiento para poderla ayudar. Así la convencían de ir a consultas, de tomar los medicamentos y de mantener la dieta. Las altas cantidades de amonio en su cerebro, provocaron que no pudiera hablar bien, por lo que en ocasiones hablaba en un lenguaje incomprensible, pues ella lo pensaba bien pero “no lo articulaba de manera correcta, por la encefalopatía” sostiene su hijo. Paty, por su parte, comenta que ella se angustiaba mucho, “Porque cuando me daba cuenta, yo estaba distraída. Ya estaba pensando en otra cosa o me cansaba”.

A partir de su ingreso al protocolo, la vida de Paty empezó a mejorar. A pesar de tener que utilizar la mayor dosis del tratamiento, fue mejorando: “Dejó de ser la niña. Comenzó a darse cuenta de las cosas, y a hablar de manera correcta”. Durante su padecimiento Paty conoció al Grupo Amhigo, una asociación que surgió hace 5 años y medio en Médica Sur y que este mes cumple dos años como una asociación formal.

Lourdes González, Presidenta del Grupo Amhigo, explica que esta asociación se encarga de ofrecer a todos los pacientes con enfermedades del hígado un apoyo emocional, así como pláticas, sobre todo, la conciencia de no saberse solos.

“El grupo es un rincón donde encontrarán apoyo. El Grupo Amhigo a mí me enseñó a vivir y a pelear la guerra. Pertenecer a Amhigo me ha hecho una mujer completamente feliz”, sostiene Lourdes.

A pesar de que Paty ya estaba bien de la encefalopatía, el trasplante de hígado fue inevitable. Conoció a un médico en Guadalajara (Dr. Luis Carlos Rodríguez) que tres semanas después la trasplantó. “Te puedo decir que fui la más feliz después de mi trasplante”. Hoy Paty está bien, ya dejó de ser una niña y se vale por sí misma. Y aunque sigue como participante activa de Grupo Amhigo al lado de su hijo, ahora lo hace después de haber ganado la batalla, y alentando a otros a superar sus enfermedades con optimismo. “Todos ellos son nuestra familia, y vives todo con ellos”, afirma Jorge Luis.

“Esto me cambió la vida: venir al Grupo Amhigo, entrar al protocolo, conocer gente con una problemática de salud similar, aprender de mi enfermedad, a quererla, a vivir con ella, a salir adelante”, concluye Paty.

<<<regresar/home

Best Cell Phone Deals
Informanet

Post a Comment

0 Comments