* Esta enfermedad afecta a 1.5 millones de mexicanos
* Es la segunda causa de cirrosis hepática en el mundo
Los pacientes con hepatitis C tienen una nueva esperanza en su tratamiento, ya que un estudio realizado en la Universidad de Duke, Estados Unidos, dio a conocer que después de cinco años las personas que fueron tratadas con interferón alfa 2-b mantienen controlado al virus VHC, que es el causante de esta enfermedad.
De esta forma y por primera vez desde la aparición del virus en 1992 se puede hablar de una cura para esta infección que se estima afecta a más de 10 millones de personas en los países del primer mundo.
Ante estos resultados la Comisión Europea adoptó nuevos cambios e incluyó por primera vez la leyenda de cura en este interferón que es fabricado por la empresa farmacéutica Schering Plough.
El profesor John McHutchinson, responsable de esta investigación, señaló que “este estudio largo incluyó más de 1,000 pacientes infectados por el virus de la Hepatitis C y demostró que, a través de un seguimiento a cinco años, los pacientes que habían logrado una respuesta viral sostenida no tenían evidencia clínica o viral de la enfermedad”.
El investigador confirmó que “el reconocimiento a la durabilidad de la respuesta subraya la eficacia del interferón que es la de base la terapia antiviral. Además, esto representa una motivación para los pacientes con hepatitis C en la búsqueda de tratamientos y proporciona a los médicos confianza que pueden infundir a sus pacientes como una oportunidad significativa de curación”.
Estos resultados fueron presentados durante XLI Congreso Anual de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado que se realizó del 26 al 30 de abril del 2006, donde también se dio a conocer que se está realizando otro estudio con Interferón pegilado alfa 2-b, que es el medicamento más nuevo para tratar la Hepatitis C, lo que ofrece más posibilidades de curación a los infectados por este virus mortal.
Este tratamiento, que salió en el mercado en el 2001, tiene el mismo mecanismo de acción que el interferón alfa 2-b, pero su ventaja radica en que se inyecta una vez a la semana en lugar de cada tercer día, lo que favorece más el apego en los pacientes.
Actualmente, el interferón pegilado alfa 2b, en combinación con el antiviral llamado Ribavirina, se ha convertido en el tratamiento ideal para los portadores del virus de hepatitis C, sobretodo después de los estudios más recientes dados a conocer en Europa.
La hepatitis C en México
La hepatitis C es una enfermedad que actualmente afecta a 1.5 millones de mexicanos y representa la segunda causa de muerte por cirrosis en nuestro país, según datos de la Secretaría de Salud. Su afectación al hígado es tal que se ha convertido en una de las razones más comunes de trasplantes de este órgano en todo el mundo.
Francisco Sánchez Ávila, gastroenterólogo del Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubirán de la Secretaría de Salud (SSA), comentó que la hepatitis es una inflamación del hígado y que puede ser causada por la ingesta de alcohol o por virus, entre los que destaca el que causa la hepatitis tipo C (VHC).
“La hepatitis C es la segunda causa de cirrosis hepática en el mundo, enfermedad que vuelve fibroso al hígado y que le impide realizar sus funciones”, dijo el especialista.
El hígado es el encargado de eliminar las toxinas que pueden contener los alimentos o medicamentos y donde también se metabolizan proteínas, grasas, hidratos de carbono y bilirrubinas.
El principal problema con el virus de la hepatitis C es que el infectado puede pasar más de 20 años de su vida sin que se manifieste la enfermedad, ya que el virus se incuba y no da molestias, hasta que a la persona se le detecta cirrosis o cáncer de hígado.
El virus de la hepatitis C se contagia a través de la sangre, por lo que los grupos de alto riesgo son aquellos que tuvieron transfusiones de sangre antes de 1994, fecha en que la Secretaría de Salud implementó el programa Sangre Segura. Los jóvenes y personas que usan drogas intravenosas, quienes se realizan tatuajes y perforaciones en lugares insalubres o poco confiables, portadores del VIH/Sida y el personal de salud, como enfermeras y médicos, que están en contacto con la sangre.
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* Es la segunda causa de cirrosis hepática en el mundo
Los pacientes con hepatitis C tienen una nueva esperanza en su tratamiento, ya que un estudio realizado en la Universidad de Duke, Estados Unidos, dio a conocer que después de cinco años las personas que fueron tratadas con interferón alfa 2-b mantienen controlado al virus VHC, que es el causante de esta enfermedad.
De esta forma y por primera vez desde la aparición del virus en 1992 se puede hablar de una cura para esta infección que se estima afecta a más de 10 millones de personas en los países del primer mundo.
Ante estos resultados la Comisión Europea adoptó nuevos cambios e incluyó por primera vez la leyenda de cura en este interferón que es fabricado por la empresa farmacéutica Schering Plough.
El profesor John McHutchinson, responsable de esta investigación, señaló que “este estudio largo incluyó más de 1,000 pacientes infectados por el virus de la Hepatitis C y demostró que, a través de un seguimiento a cinco años, los pacientes que habían logrado una respuesta viral sostenida no tenían evidencia clínica o viral de la enfermedad”.
El investigador confirmó que “el reconocimiento a la durabilidad de la respuesta subraya la eficacia del interferón que es la de base la terapia antiviral. Además, esto representa una motivación para los pacientes con hepatitis C en la búsqueda de tratamientos y proporciona a los médicos confianza que pueden infundir a sus pacientes como una oportunidad significativa de curación”.
Estos resultados fueron presentados durante XLI Congreso Anual de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado que se realizó del 26 al 30 de abril del 2006, donde también se dio a conocer que se está realizando otro estudio con Interferón pegilado alfa 2-b, que es el medicamento más nuevo para tratar la Hepatitis C, lo que ofrece más posibilidades de curación a los infectados por este virus mortal.
Este tratamiento, que salió en el mercado en el 2001, tiene el mismo mecanismo de acción que el interferón alfa 2-b, pero su ventaja radica en que se inyecta una vez a la semana en lugar de cada tercer día, lo que favorece más el apego en los pacientes.
Actualmente, el interferón pegilado alfa 2b, en combinación con el antiviral llamado Ribavirina, se ha convertido en el tratamiento ideal para los portadores del virus de hepatitis C, sobretodo después de los estudios más recientes dados a conocer en Europa.
La hepatitis C en México
La hepatitis C es una enfermedad que actualmente afecta a 1.5 millones de mexicanos y representa la segunda causa de muerte por cirrosis en nuestro país, según datos de la Secretaría de Salud. Su afectación al hígado es tal que se ha convertido en una de las razones más comunes de trasplantes de este órgano en todo el mundo.
Francisco Sánchez Ávila, gastroenterólogo del Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubirán de la Secretaría de Salud (SSA), comentó que la hepatitis es una inflamación del hígado y que puede ser causada por la ingesta de alcohol o por virus, entre los que destaca el que causa la hepatitis tipo C (VHC).
“La hepatitis C es la segunda causa de cirrosis hepática en el mundo, enfermedad que vuelve fibroso al hígado y que le impide realizar sus funciones”, dijo el especialista.
El hígado es el encargado de eliminar las toxinas que pueden contener los alimentos o medicamentos y donde también se metabolizan proteínas, grasas, hidratos de carbono y bilirrubinas.
El principal problema con el virus de la hepatitis C es que el infectado puede pasar más de 20 años de su vida sin que se manifieste la enfermedad, ya que el virus se incuba y no da molestias, hasta que a la persona se le detecta cirrosis o cáncer de hígado.
El virus de la hepatitis C se contagia a través de la sangre, por lo que los grupos de alto riesgo son aquellos que tuvieron transfusiones de sangre antes de 1994, fecha en que la Secretaría de Salud implementó el programa Sangre Segura. Los jóvenes y personas que usan drogas intravenosas, quienes se realizan tatuajes y perforaciones en lugares insalubres o poco confiables, portadores del VIH/Sida y el personal de salud, como enfermeras y médicos, que están en contacto con la sangre.
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