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Detienen a Lidia Cacho


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DETIENEN A LYDIA CACHO, PERIODISTA, ESCRITORA, ACTIVISTA;SE TEME POR SU INTEGRIDAD

Viernes 17, diciembre de 2005.- La periodista, escritora y activista Lydia Cacho, autora del libro de denuncia "Los Demonios del Edén: el poder detrás de la pornografía", fue secuestrada por agentes judiciales del Estado de Puebla en Cancún, Quintana Roo, el día de hoy a las 13:00 horas, acusada de difamación por Camil Nacif, un empresario textilero señalado por sus relaciones con el pederasta Succar Kuri.Este caso, denunciado en el libro y por organizaciones no gubernamentales, ha sido ampliamente cubierto por medios internacionales como The New York Times, y la gran mayoría de los medios mexicanos: prensa escrita, radio y televisión.Se teme por la integridad física y moral de Lydia Cacho, quien en este momento es trasladada, hasta donde se sabe, de Cancún a Puebla por carretera.

Cacho tenía asignada una escolta de la AFI debido a las constantes amenazas de muerte recibidas a partir de la denuncia pública. Los agentes de la Procuraduría estatal de Puebla que se presentaron a su arresto no permitieron que la escolta la acompañara, y con engaños y maniobras tomaron la carretera a escondidas, supuestamente con rumbo a Puebla. Pero hasta este momento no se ha hecho contacto con ella debido
a que se le negó un abogado de compañía, o que tuviera su teléfono celular disponible.

Según se acusa, la periodista y escritora no acudió a las citas que le hizo un juzgado. Pero los citatorios jamás llegaron a los domicilios registrados por Lydia Cacho. Se teme que esto fue utilizado solamente \r\ncomo un pretexto para arrestarla en viernes por la tarde, y así evitar su libertad bajo fianza.

La causa que se le sigue por difamación y calumnia es la 345/2005/V.

- - -ALGO SOBRE LYDIA

Lydia Cacho nació en la ciudad de México en 1963. Es periodista y activista social. Dirige en Cancún un centro integral para mujeres víctimas de la violencia, CIAM, en el cual se atendió a varias de las \r\nvíctimas del caso Succar.
Es autora de la novela Las provincias del Alma (Demac 2003). Columnista política de La Voz del Caribe. Directora editorial de la revista Esta boca es mía: apuntes de equidad y género y conductora del programa de TV con el mismo nombre.
Colaboradora de opinión en el noticiero Detrás de la Noticia con Ricardo Rocha, especialista en temas de violencia y género para la Agencia de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM). Ha publicado más \r\nde dos centenares de artículos en diversos diarios y revistas del país.Es Consejera de la Universidad del Caribe. Cofundadora de la Red de Periodistas de México, Centroamérica y el Caribe y corresponsal de la \r\nagencia de noticias CIMAC.

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A continuación, dos reportajes. Uno publicado por DIA SIETE a partir del libro, y otro de LA JORNADA.- - - - - - - - - -
"Los demonios del eden: el poder detrás de la pornografía"

Escrito por Lydia Cacho

Nombre: "LOS DEMONIOS DEL EDEN". El poder detrás de la pornografía
Autora: Lydia Cacho
Editorial: Grijalvo

Advertencia: no es un tema fácil. Habla de una sociedad adormilada que no mueve un dedo. Involucra a decenas de niños de hasta 5 años (mayoritariamente mujercitas); a policías y políticos corrompidos, y a redes de narcotráfico y pornografía infantil. Pero no es la trama de una película en cartelera. Es un relato de la vida real. Decenas de pequeñas fueron obligadas a tener sexo y a ser videograbadas por un enfermo, nada tonto, que, parece, hizo parte de su fortuna con esta atrocidad. Pasó en Cancún, México. Con autorización de la autora y de su casa editorial, Día Siete presenta este adelanto de un libro valiente que expone al público escenas de un infierno que, paradójicamente, se debe conocer: de otra manera está condenado a repetirse (en este instante), ahora en su ciudad, ahora en su manzana, ahora tras la puerta del vecino. TEXTO: LYDIA CACHO

Gabriela, ahora de 29 años de edad, casada y con dos niños, asegura que fue víctima de Succar hace 14 años. Que la llevó una amiguita de la escuela, junto con otras ocho niñas. De esas ocho algunas se quedaron y fueron forzadas por Succar a llevar a otras niñas y niños. Ante la pregunta expresa de cuántos menores creen que Jean Succar y Gloria Pita llegaron a fotografiar, y a forzar a tener sexo para grabar videos en esos tiempos, Gabriela, con los0 ojos arrasados de lágrimas, calcula que quizá se trate de cientos de criaturas. Gabriela se niega a hablar con las autoridades; ahora es una mujer casada, vive en una bella casa de la zona hotelera de Cancún y sus padres, quienes pertenecen a la alta sociedad cancunense yucateca, nunca supieron nada. Está convencida de que Succar es intocable. Luego de haber visto la tortura pública a la que la Procuraduría de Justicia sometió a Emma y las otras niñas y sus mamás, ella se conforma con ir a consultar a su terapeuta a Mérida una vez al mes. Reza para olvidar y cuida a su hijo y a su hija de extraños y conocidos por igual. Según \r\nella, nadie merece vivir lo que todas estas niñas y niños han pasado, " no mueve un dedo. Involucra a decenas de niños de hasta 5 años (mayoritariamente mujercitas); a policías y políticos corrompidos, y a redes de narcotráfico y pornografía infantil. Pero no es la trama de una película en cartelera. Es un relato de la vida real. Decenas de pequeñas fueron obligadas a tener sexo y a ser videograbadas por un enfermo, nada tonto, que, parece, hizo parte de su fortuna con esta atrocidad. Pasó en Cancún, México. Con autorización de la autora y de su casa editorial, Día Siete presenta este adelanto de un libro valiente que expone al público escenas de un infierno que, paradójicamente, se debe conocer: de otra manera está condenado a repetirse (en este instante), ahora en su ciudad, ahora en su manzana, ahora tras la puerta del vecino. TEXTO: LYDIA CACHO

Gabriela, ahora de 29 años de edad, casada y con dos niños, asegura que fue víctima de Succar hace 14 años. Que la llevó una amiguita de la escuela, junto con otras ocho niñas. De esas ocho algunas se quedaron y fueron forzadas por Succar a llevar a otras niñas y niños. Ante la pregunta expresa de cuántos menores creen que Jean Succar y Gloria Pita llegaron a fotografiar, y a forzar a tener sexo para grabar videos en esos tiempos, Gabriela, con los0 ojos arrasados de lágrimas, calcula que quizá se trate de cientos de criaturas.Gabriela se niega a hablar con las autoridades; ahora es una mujer casada, vive en una bella casa de la zona hotelera de Cancún y sus padres, quienes pertenecen a la alta sociedad cancunense yucateca, nunca supieron nada. Está convencida de que Succar es intocable. Luego de haber visto la tortura pública a la que la Procuraduría de Justicia sometió a Emma y las otras niñas y sus mamás, ella se conforma con ir a consultar a su terapeuta a Mérida una vez al mes. Reza para olvidar y cuida a su hijo y a su hija de extraños y conocidos por igual. Según ella, nadie merece vivir lo que todas estas niñas y niños han pasado,
pero el tema se considera tabú. Por eso ella rompió la tradición familiar y a sus criaturas les ha explicado lo que es el sexo y lo que es el abuso.
Escribir o leer un libro sobre el abuso y comercio de menores no es ni fácil ni agradable. Sin embargo resulta más peligroso para la sociedad guardar silencio sobre este fenómeno. Ante la muda complicidad de la sociedad y el Estado, miles de menores son víctimas de comerciantes que les convierten en objetos sexuales para la compraventa y disfrute de millones de hombres, quienes encuentran en el abuso sexual infantil y en la pornografía, un deleite personal sin cuestionamientos éticos.Esta no es una historia de un viejo sucio que descubre que le gusta tener sexo con niñas hasta de cinco años de edad. Y aunque algunos fragmentos en voz de las víctimas son profundamente dolorosos, la valentía y claridad de testigos y especialistas, nos permiten ver la luz al final del camino y comprender más a fondo las implicaciones de la complicidad del silencio en el tema de la violencia y la explotación sexual. El reto del periodismo es recontar historias humanas para comprender mejor el mundo que nos rodea; en ese sentido Los demonios del edén, cumple ese propósito: mostrar el mundo de las sombras al que diariamente, y sin saberlo, se enfrentan cientos de madres, padres e infantes que jamás creyeron que ellos o ellas pudiesen caer víctimas de un pederasta, de un experto en pornografía o de un violador. La corrupción e ineficacia de las autoridades son responsables de que miles de víctimas y testigos de delitos graves en este país prefieran guardar silencio, antes de enfrentarse a la torpe maquinaria de la policía judicial. El caso Succar es muestra fehaciente de ello. El \r\ntestimonio de más de una veintena de mujeres y niñas que se acercaron a las organizaciones no gubernamentales, e incluso a periodistas, podría facilitar el encarcelamiento de delincuentes de la talla de Succar Kuri pero el tema se considera tabú. Por eso ella rompió la tradición familiar y a sus criaturas les ha explicado lo que es el sexo y lo que es el abuso.Escribir o leer un libro sobre el abuso y comercio de menores no es ni fácil ni agradable. Sin embargo resulta más peligroso para la sociedad guardar silencio sobre este fenómeno. Ante la muda complicidad de la sociedad y el Estado, miles de menores son víctimas de comerciantes que les convierten en objetos sexuales para la compraventa y disfrute de millones de hombres, quienes encuentran en el abuso sexual infantil y en la pornografía, un deleite personal sin cuestionamientos éticos.Esta no es una historia de un viejo sucio que descubre que le gusta tener sexo con niñas hasta de cinco años de edad. Y aunque algunos fragmentos en voz de las víctimas son profundamente dolorosos, la valentía y claridad de testigos y especialistas, nos permiten ver la luz al final del camino y comprender más a fondo las implicaciones de la complicidad del silencio en el tema de la violencia y la explotación sexual.El reto del periodismo es recontar historias humanas para comprender mejor el mundo que nos rodea; en ese sentido Los demonios del edén, cumple ese propósito: mostrar el mundo de las sombras al que diariamente, y sin saberlo, se enfrentan cientos de madres, padres e infantes que jamás creyeron que ellos o ellas pudiesen caer víctimas de un pederasta, de un experto en pornografía o de un violador.La corrupción e ineficacia de las autoridades son responsables de que miles de víctimas y testigos de delitos graves en este país prefieran guardar silencio, antes de enfrentarse a la torpe maquinaria de la policía judicial. El caso Succar es muestra fehaciente de ello. El testimonio de más de una veintena de mujeres y niñas que se acercaron a las organizaciones no gubernamentales, e incluso a periodistas, podría facilitar el encarcelamiento de delincuentes de la talla de Succar Kuri y las mafias que lo protegen. Pero la estigmatización y revictimización sistemática de las y los denunciantes son ejemplares; los delincuentes aprovechan esta inseguridad y desconfianza como elemento de inhibición de las víctimas, en pocas palabras, como alimento de la impunidad.
Después de la tormentaJean Succar Kuri asegura de voz propia en el video grabado que siempre ha tenido sexo con niñas aun de cinco años de edad. A Gloria, su esposa actual, la conoció en Acapulco cuando tenía 15. Succar vivía dos semanas del mes en Cancún desde hace 20 años. El resto del tiempo viajaba a Los Ángeles, California, a Las Vegas, Nevada, a Hong Kong, y a donde sus negocios lo llevaran para traer consigo cuantiosas sumas de dinero en efectivo.Jean Thouma Hannah Succar Kuri nació en Becharré, Líbano, el 19 de septiembre de 1944. En su adolescencia viajó a México y arribó a Guanajuato a hospedarse en casa de sus tíos. En 1985 llegó a Cancún. Comenzó con una fuente de sodas en el aeropuerto de Cancún y un par de tiendas de playeras baratas para turistas. Años después era propietario de 50 villas y operador del Hotel Solymar. Tenía a su nombre tres tiendas de artesanías en el aeropuerto de Cancún y hasta la fecha es dueño del restaurante central del mismo aeropuerto, concesión que consiguió por medio de su amigo Alejandro Góngora. Asimismo, es propietario de un restaurante en Los Ángeles y de una mansión en esa misma ciudad norteamericana. Desde mediados del 2004 fue detenido en Chandler Arizona, a petición de la PGR y la INTERPOL; sigue esperando juicio de extradición para ser juzgado en México.El 26 de marzo del 2005 el juez federal Amado Chiñas, denegó al mexico-libanés Jean Succar Kuri el amparo solicitado por sus abogados norteamericanos para liberar sus cuentas bancarias por más de 20 millones de dólares. ¿Cómo pudo este empresario cancunense amasar esa fortuna? El lavado de dinero, la pornografía infantil y la protección ",
y las mafias que lo protegen. Pero la estigmatización y revictimización sistemática de las y los denunciantes son ejemplares; los delincuentes aprovechan esta inseguridad y desconfianza como elemento de inhibición de las víctimas, en pocas palabras, como alimento de la impunidad.Después de la tormentaJean Succar Kuri asegura de voz propia en el video grabado que siempre ha tenido sexo con niñas aun de cinco años de edad. A Gloria, su esposa actual, la conoció en Acapulco cuando tenía 15. Succar vivía dos semanas del mes en Cancún desde hace 20 años. El resto del tiempo viajaba a Los Ángeles, California, a Las Vegas, Nevada, a Hong Kong, y a donde sus negocios lo llevaran para traer consigo cuantiosas sumas de dinero en efectivo.Jean Thouma Hannah Succar Kuri nació en Becharré, Líbano, el 19 de septiembre de 1944. En su adolescencia viajó a México y arribó a Guanajuato a hospedarse en casa de sus tíos. En 1985 llegó a Cancún. Comenzó con una fuente de sodas en el aeropuerto de Cancún y un par de tiendas de playeras baratas para turistas. Años después era propietario de 50 villas y operador del Hotel Solymar. Tenía a su nombre tres tiendas de artesanías en el aeropuerto de Cancún y hasta la fecha es dueño del restaurante central del mismo aeropuerto, concesión que consiguió por medio de su amigo Alejandro Góngora. Asimismo, es propietario de un restaurante en Los Ángeles y de una mansión en esa misma ciudad norteamericana. Desde mediados del 2004 fue detenido en Chandler Arizona, a petición de la PGR y la INTERPOL; sigue esperando juicio de extradición para ser juzgado en México.El 26 de marzo del 2005 el juez federal Amado Chiñas, denegó al mexico-libanés Jean Succar Kuri el amparo solicitado por sus abogados norteamericanos para liberar sus cuentas bancarias por más de 20 millones de dólares. ¿Cómo pudo este empresario cancunense amasar esa fortuna? El lavado de dinero, la pornografía infantil y la protección
política de este pederasta develan un secreto hasta hace poco tiempo muy bien guardado; un secreto que incluye la protección de hombres de poder y explica cómo surge un grupo de crimen organizado, sin que la sociedad se entere hasta que es demasiado tarde.Turismo sexualLa nueva era empresarial presenta la explotación sexual como un negocio sumamente lucrativo para las mafias que lo controlan. Se dice que el turismo es la empresa del siglo XX, a la cual acompaña la venta, desde sitios de Internet de fácil acceso, de tours paradisíacos con sexo pagado incluido para el viajero con mujeres exóticas, jóvenes y dispuestas. Casi nadie escapa de esta lacerante realidad: América Latina, Asia, Estados Unidos y Europa, África, Canadá, Oceanía. Según el Unicef, más de un millón de niñas y niños son robados al año para insertarles en el negocio del turismo sexual con infantes.Según declaraciones del propio general Rafael Macedo de la Concha, la PGR investiga a Succar Kuri por ofrecer a sus niñas por vía cibernética para tender una red de turismo sexual infantil. A pesar de todo, las autoridades, muchos medios, e incluso especialistas de la sociedad civil organizada, llaman aún a este fenómeno "prostitución infantil", lo que implica, de manera falsa pero inconsciente, que hay un intercambio de dinero y de voluntades entre un adulto que paga por tener sexo con una niña de 13, 14 o 15 años, quien es forzada a aceptarlo para que su explotador cobre.La industria de la pornografía infantil, directamente relacionada con el abuso sexual, el secuestro (secuestro para fines sexuales) y la explotación infantil, genera ganancias multimillonarias y, al igual que la del cine pornográfico ya mencionado, se entrelaza cada vez con mayor desenfado con las industrias formales. Todo ello no sería posible sin tres elementos: la protección de hombres de poder al crimen organizado que sustenta estos males sociales, la corrupción del Estado y la visión ", política de este pederasta develan un secreto hasta hace poco tiempo muy bien guardado; un secreto que incluye la protección de hombres de poder y explica cómo surge un grupo de crimen organizado, sin que la sociedad se entere hasta que es demasiado tarde.Turismo sexualLa nueva era empresarial presenta la explotación sexual como un negocio sumamente lucrativo para las mafias que lo controlan. Se dice que el turismo es la empresa del siglo XX, a la cual acompaña la venta, desde sitios de Internet de fácil acceso, de tours paradisíacos con sexo pagado incluido para el viajero con mujeres exóticas, jóvenes y dispuestas. Casi nadie escapa de esta lacerante realidad: América Latina, Asia, Estados Unidos y Europa, África, Canadá, Oceanía. Según el UNICEF, más de un millón de niñas y niños son robados al año para insertarles en el negocio del turismo sexual con infantes.Según declaraciones del propio general Rafael Macedo de la Concha, la PGR investiga a Succar Kuri por ofrecer a sus niñas por vía cibernética para tender una red de turismo sexual infantil. A pesar de todo, las autoridades, muchos medios, e incluso especialistas de la sociedad civil organizada, llaman aún a este fenómeno "prostitución infantil", lo que implica, de manera falsa pero inconsciente, que hay un intercambio de dinero y de voluntades entre un adulto que paga por tener sexo con una niña de 13, 14 o 15 años, quien es forzada a aceptarlo para que su explotador cobre.La industria de la pornografía infantil, directamente relacionada con el abuso sexual, el secuestro (secuestro para fines sexuales) y la explotación infantil, genera ganancias multimillonarias y, al igual que la del cine pornográfico ya mencionado, se entrelaza cada vez con mayor desenfado con las industrias formales. Todo ello no sería posible sin tres elementos: la protección de hombres de poder al crimen organizado que sustenta estos males sociales, la corrupción del Estado y la visión
androcéntrica que protege los intereses masculinos (se calcula que más de trescientos millones de hombres adultos en América Latina pagan por tener sexo con mujeres jóvenes [Agencia de las Naciones Unidas para la Mujer: UNIFEM]).En algunos países árabes y del sudeste asiático, donde el patriarcado es notoriamente fuerte, la venta, utilización y castigo de niñas y mujeres son vistos con naturalidad. En el video grabado sin que él lo supiera, Jean Succar afirma que no es muy malo lo que hace. Durante una conferencia de prensa un agente de la PGR lanzó al aire un: "¿Y si en el Líbano es normal que se metan con niñitas?", a lo cual nadie respondió.oLydia CachoMexico, D.F., 1963. Es periodista y activista social. Dirige en Cancún un centro integral para mujeres víctimas de la violencia, CIAM, en el cual se atendió a varias de las víctimas del caso Succar. Es autora de la novela Las provincias del Alma (Demac 2003). Columnista política de La Voz del Caribe. Directora editorial de la revista Esta boca es mía: apuntes de equidad y género y conductora del programa de TV con el mismo nombre. Colaboradora de opinión en el noticiero Detrás de la Noticia con Ricardo Rocha. Especialista en temas de violencia y género para la Agencia de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM). Ha publicado más de dos centenares de artículos en diversos diarios y revistas del país. Es Consejera de la Universidad del Caribe. Cofundadora de la Red de Periodistas de México, Centroamérica y el Caribe y corresponsal de la agencia de noticias CIMAC.- - - - - - - - - -Amenazas a la vida de Lydia Cacho"¡Te vas a morir!" Alberto Nájar / CancúnPor estos días se cumple el plazo. Un ex policía de Coahuila lo estableció para asesinar a una defensora de mujeres de Cancún, y hasta el momento poco se ha hecho para evitarlo. La "sentencia" se deriva de la protección que brindó a la familia del ex policía, que hace varios",androcéntrica que protege los intereses masculinos (se calcula que más de trescientos millones de hombres adultos en América Latina pagan por tener sexo con mujeres jóvenes [Agencia de las Naciones Unidas para la Mujer: UNIFEM]).En algunos países árabes y del sudeste asiático, donde el patriarcado es notoriamente fuerte, la venta, utilización y castigo de niñas y mujeres son vistos con naturalidad. En el video grabado sin que él lo supiera, Jean Succar afirma que no es muy malo lo que hace. Durante una conferencia de prensa un agente de la PGR lanzó al aire un: "¿Y si en el Líbano es normal que se metan con niñitas?", a lo cual nadie respondió.Lydia CachoMéxico, D.F., 1963. Es periodista y activista social. Dirige en Cancún un centro integral para mujeres víctimas de la violencia, CIAM, en el cual se atendió a varias de las víctimas del caso Succar. Es autora de la novela Las provincias del Alma (Demac 2003). Columnista política de La Voz del Caribe. Directora editorial de la revista Esta boca es mía: apuntes de equidad y género y conductora del programa de TV con el mismo nombre. Colaboradora de opinión en el noticiero Detrás de la Noticia con Ricardo Rocha. Especialista en temas de violencia y género para la Agencia de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM). Ha publicado más de dos centenares de artículos en diversos diarios y revistas del país. Es Consejera de la Universidad del Caribe. Cofundadora de la Red de Periodistas de México, Centroamérica y el Caribe y corresponsal de la agencia de noticias CIMAC.- - - - - - - - - -Amenazas a la vida de Lydia Cacho"¡Te vas a morir!" Alberto Nájar / CancúnPor estos días se cumple el plazo. Un ex policía de Coahuila lo estableció para asesinar a una defensora de mujeres de Cancún, y hasta el momento poco se ha hecho para evitarlo. La "sentencia" se deriva de la protección que brindó a la familia del ex policía, que hace varios
meses escapó de sus abusosLa pistola apuntaba directamente a su cara. "¡Lydia Cacho!", gritó el sujeto que la empuñaba. "¡Te vas a morir!". La mujer aceleró la marcha de su camioneta. Hacía media hora que José Ramón Hernández, ex agente judicial de Coahuila, perseguía a la directora del Centro Integral de Atención a las Mujeres (CIAM) para obligarla a que le entregase a su esposa y tres hijos, quienes habían huido de los maltratos a los que el sujeto los sometía. No era un caso común de violencia intrafamiliar. El ex policía formaba parte de un grupo antisecuestros de Coahuila, portaba una credencial de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) y de acuerdo con el testimonio de sus familiares, se dedica, desde hace varios años, a traficar armas de grueso calibre en el norte del país. También presumía haber eliminado a varias personas. Por eso la desesperación de Lydia Cacho, quien mientras trataba de escapar del traficante no cesaba de marcar su teléfono celular. Inútil. El director de la policía de Cancún, Gerardo Olavarrieta, había desconectado su línea, al igual que la procuradora Celia Pérez Gordillo y el gobernador Joaquín Hendricks. Y el ex policía que no se iba, lista la pistola para dispararse a la primera oportunidad. Por fin alguien responde, la directora de la red nacional de Refugios para Mujeres, Alicia Leal Puerta, quien de inmediato consigue la protección del subprocurador de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), José Luis Santiago Vasconcelos. Lydia Cacho se dirige entonces a las instalaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) en Cancún. El ex policía se va, pero regresa por teléfono un par de días más tarde. Esta vez aplaza por un mes la ejecución de la activista. Es el tiempo en que su esposa e hijos deben volver a su lado. El plazo ya se cumplió. Lydia Cacho vive, literalmente, tiempo extra.", meses escapó de sus abusosLa pistola apuntaba directamente a su cara. "¡Lydia Cacho!", gritó el sujeto que la empuñaba. "¡Te vas a morir!". La mujer aceleró la marcha de su camioneta. Hacía media hora que José Ramón Hernández, ex agente judicial de Coahuila, perseguía a la directora del Centro Integral de Atención a las Mujeres (CIAM) para obligarla a que le entregase a su esposa y tres hijos, quienes habían huido de los maltratos a los que el sujeto los sometía. No era un caso común de violencia intrafamiliar. El ex policía formaba parte de un grupo antisecuestros de Coahuila, portaba una credencial de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) y de acuerdo con el testimonio de sus familiares, se dedica, desde hace varios años, a traficar armas de grueso calibre en el norte del país. También presumía haber eliminado a varias personas. Por eso la desesperación de Lydia Cacho, quien mientras trataba de escapar del traficante no cesaba de marcar su teléfono celular. Inútil. El director de la policía de Cancún, Gerardo Olavarrieta, había desconectado su línea, al igual que la procuradora Celia Pérez Gordillo y el gobernador Joaquín Hendricks. Y el ex policía que no se iba, lista la pistola para dispararse a la primera oportunidad. Por fin alguien responde, la directora de la red nacional de Refugios para Mujeres, Alicia Leal Puerta, quien de inmediato consigue la protección del subprocurador de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), José Luis Santiago Vasconcelos. Lydia Cacho se dirige entonces a las instalaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) en Cancún. El ex policía se va, pero regresa por teléfono un par de días más tarde. Esta vez aplaza por un mes la ejecución de la activista. Es el tiempo en que su esposa e hijos deben volver a su lado. El plazo ya se cumplió. Lydia Cacho vive, literalmente, tiempo extra.
*** Las amenazas en contra del CIAM y de Lydia Cacho iniciaron el último trimestre del año pasado, después que brindaron refugio a la familia de José Ramón Hernández. Meses atrás, la mujer y los tres niños habían escapado de su casa en Torreón, Coahuila, y desde entonces iniciaron un largo peregrinaje por varios albergues de Saltillo, Monterrey, San Luis Potosí y Cancún. En todos los casos el ex policía siguió la misma tónica: se presentaba con los abogados y directivos de los refugios a quienes colocaba su pistola en la cabeza y los conminaba a entregar a la mujer y sus hijos. En algunos casos ni siquiera fue necesario llegar a ese extremo, como en las oficinas del DIF de Torreón. "En cuanto supieron de quién era esposa prácticamente la echaron a la calle", cuenta Lydia Cacho. "Dijeron que no se podían meter con él, que tenía fama de asesinar a varias personas. Y la regresaron a su casa". Nada raro, reconoce la activista. "Tenemos varios casos de esposas de políticos y empresarios a quienes nadie ayuda por temor a las represalias; ni siquiera reciben las denuncias penales. A algunas las hemos tenido que sacar del país". Es el mismo caso de la familia del ex policía quien parece contar con una buena protección derivada de la venta de armas, las cuales adquiere en tiendas especializadas de El Paso y San Antonio, Texas. Y no se trata de pistolas, sino de rifles de asalto, fusiles automáticos, granadas, cartuchos de grueso calibre. Para internarlas al país, José Ramón Hernández se valía de sus hijos, a quienes obligaba a esconder las armas en sus mochilas. Incluso al mayor, de siete años, "lo llevaba a practicar tiro al blanco y le nenseñaba cómo matar gente", refiere Lydia Cacho. Esa, además del maltrato, fue una de las razones principales por las que su esposa decidió abandonarle. "Creemos que, por todo el dinero que tiene y la forma como ha );
*** Las amenazas en contra del CIAM y de Lydia Cacho iniciaron el último trimestre del año pasado, después que brindaron refugio a la familia de José Ramón Hernández. Meses atrás, la mujer y los tres niños habían escapado de su casa en Torreón, Coahuila, y desde entonces iniciaron un largo peregrinaje por varios albergues de Saltillo, Monterrey, San Luis Potosí y Cancún. En todos los casos el ex policía siguió la misma tónica: se presentaba con los abogados y directivos de los refugios a quienes colocaba su pistola en la cabeza y los conminaba a entregar a la mujer y sus hijos. En algunos casos ni siquiera fue necesario llegar a ese extremo, como en las oficinas del DIF de Torreón. "En cuanto supieron de quién era esposa prácticamente la echaron a la calle", cuenta Lydia Cacho. "Dijeron que no se podían meter con él, que tenía fama de asesinar a varias personas. Y la regresaron a su casa". Nada raro, reconoce la activista. "Tenemos varios casos de esposas de políticos y empresarios a quienes nadie ayuda por temor a las represalias; ni siquiera reciben las denuncias penales. A algunas las hemos tenido que sacar del país". Es el mismo caso de la familia del ex policía quien parece contar con una buena protección derivada de la venta de armas, las cuales adquiere en tiendas especializadas de El Paso y San Antonio, Texas. Y no se trata de pistolas, sino de rifles de asalto, fusiles automáticos, granadas, cartuchos de grueso calibre. Para internarlas al país, José Ramón Hernández se valía de sus hijos, a quienes obligaba a esconder las armas en sus mochilas. Incluso al mayor, de siete años, "lo llevaba a practicar tiro al blanco y le enseñaba cómo matar gente", refiere Lydia Cacho. Esa, además del maltrato, fue una de las razones principales por las que su esposa decidió abandonarle. "Creemos que, por todo el dinero que tiene y la forma como ha
perseguido a la familia, el tipo ya está metido en algún asunto de crimen organizado", dice. "También presume de haber matado a varias personas en su trabajo, y no hay que olvidar que formaba parte de un grupo antisecuestros". Quién sabe si la impunidad le alcance para tanto. Lo cierto es que, a pesar de las denuncias en su contra, al ex policía nadie le molesta. Cuando iniciaron las amenazas Lydia Cacho se entrevistó con el ex delegado de la PGR, Miguel Angel Hernández Castrellón, quien de plano le recomendó que no se metiera con el coahuilense "porque tiene mucho apoyo de sus jefes" (actualmente Hernández Castrellón está sujeto a proceso penal por su presunta vinculación con una serie de narcoejecuciones ocurridas en noviembre pasado). La situación no cambió con la nueva delegada de la PGR, Imelda Calvillo. El mismo día de la persecución Lydia Cacho presentó una denuncia por el intento de homicidio ante una agente del Ministerio Público Federal, pero la averiguación previa nunca se integró. Mientras, las amenazas siguen. "El tipo se presentó en la casa donde estaban la señora y los niños; tuvimos que cambiarlos de lugar. También habla a mi casa para decir cómo va a matarnos, obviamente con la intención de causar miedo y que soltemos a su familia. Pero no se va a poder". La última llamada fue a finales del mes de febrero. Ese día fijó el plazo para la ejecución.***Lydia Cacho define al CIAM como un termómetro para medir la ingobernabilidad de Quintana Roo y de Cancún en particular. No es broma. Hace dos años vivieron una situación parecida tras denunciar una red internacional de pederastas encabezada por el empresario Succar Kuri, quien incluso desde Arizona donde se encuentra recluido ordenó el asesinato de la activista. Luego enfrentaron la amenaza del presunto narcotraficante José perseguido a la familia, el tipo ya está metido en algún asunto de crimen organizado", dice. "También presume de haber matado a varias personas en su trabajo, y no hay que olvidar que formaba parte de un grupo antisecuestros". Quién sabe si la impunidad le alcance para tanto. Lo cierto es que, a pesar de las denuncias en su contra, al ex policía nadie le molesta. Cuando iniciaron las amenazas Lydia Cacho se entrevistó con el ex delegado de la PGR, Miguel Angel Hernández Castrellón, quien de plano le recomendó que no se metiera con el coahuilense "porque tiene mucho apoyo de sus jefes" (actualmente Hernández Castrellón está sujeto a proceso penal por su presunta vinculación con una serie de narcoejecuciones ocurridas en noviembre pasado). La situación no cambió con la nueva delegada de la PGR, Imelda Calvillo. El mismo día de la persecución Lydia Cacho presentó una denuncia por el intento de homicidio ante una agente del Ministerio Público Federal, pero la averiguación previa nunca se integró. Mientras, las amenazas siguen. "El tipo se presentó en la casa donde estaban la señora y los niños; tuvimos que cambiarlos de lugar. También habla a mi casa para decir cómo va a matarnos, obviamente con la intención de causar miedo y que soltemos a su familia. Pero no se va a poder". La última llamada fue a finales del mes de febrero. Ese día fijó el plazo para la ejecución.***Lydia Cacho define al CIAM como un termómetro para medir la ingobernabilidad de Quintana Roo y de Cancún en particular. No es broma. Hace dos años vivieron una situación parecida tras denunciar una red internacional de pederastas encabezada por el empresario Succar Kuri, quien incluso desde Arizona donde se encuentra recluido ordenó el asesinato de la activista. Luego enfrentaron la amenaza del presunto narcotraficante José Alfredo
la costa sur del estado, (Masiosare 378) quien pretende localizar a su ex esposa y su hijo a quienes el CIAM brindó apoyo para salir del país. Y luego se presentó el ex policía de Coahuila. Por eso, desde el mes pasado la Organización Mundial contra la Tortura emitió una alerta internacional para exigir se proteja la vida de Lydia Cacho y sus colaboradores. Hasta ahora, la única respuesta del gobierno mexicano es asignar a tres agentes de la AFI para la custodia de la directora del CIAM, pero los policías terminan su labor dentro de unos días. Justo después de cumplido el plazo para terminar con la vida de la activista.- - - - -Alejandro Páez Varela Av. México 49Col. CondesaMéxico, DF- - - - -~ El Despertador SA ~ DIA SIETE ENERGIA HOY TENTACION mailto:TENTACIONapaez@diasiete.com www.diasiete.com- - - - -VERSALITAS SC TODOS EDITORES SC nalejandropaez@prodigy.net.mx www.todoseditores.com www.unafuente.com - - - - -(01.55)",

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